Arcadas cada minuto, sudar y tener frío. No poder conciliar el sueño por recuerdos que te hacen gritar por dentro. Abrazar fuertemente a tu almohada o a tus peluches. Convirtiéndolos en esponjas.
Acabar exhausto y caer rendido a una gran pesadilla.
Despertarte con mordeduras de tu propia dentadura por todo tus brazos y ver en tus sábanas un pequeño hilo de sangre.
Levantarte feliz y alegre y con una sonrisa en tu rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario