14 de abril de 2013

Leyenda; La fuente.

Según cuenta la leyenda, en lo más profundo del bosque, se encuentra una fuente que concede el deseo que le susurres. A cambio del objeto más preciado que tengas.
Sólo aquél con un alma cristalina podrá penetrar en las más profundas entrañas. 
Es más, la leyenda habla también de una pequeña hada de los colores más vivos.

Ella te guiará con su dulces cantos y las melodías de las otras criaturas. A través de tus pasos, crecerá la hierba y con los parpadeos de tus ojos harás las hojas madurar y caer. Con el suave tacto de tus manos al rozar, volverán a brotar. 

Y con tus cabellos, rebeldes, someterás al viento a tu voluntad. 
Descalzó en las proximidades del final, te arrastrarás como cual pequeño animal. Embadurnado de la fresca tierra te acercarás lentamente arrastrándote por tus rodillas, alerta y desconfiando de los demás, y sin dudar continuarás más y más, con la ofrenda que deberás pagar, y al borde del circulo la tendrás que dejar. 

Ahora ya pagada la ofrenda mirarás al cielo y con las manos bien altas susurrarás. Y todo a tu alrededor se moverá. De tus ojos brotarán dos pequeñas semillas de cristal, que se romperán al caer al fondo de aquél mar de palabras sin pronunciar. 

Tus lágrimas te susurrarán y se despedirán al verte desmayar. 

Y al despertar, te darás cuenta de que no podrás escapar a tu hogar. 

Porque ya formas parte de tu nuevo hogar. 


E oirás ya a los animales hablar y a las hadas cantar, festejando tu bienvenida, para siempre, jamás. 

Y aquí ya la leyenda llega a su final, a su terrible final. 
La Maldición de la fuente. 


Con el transcurro de los siglos, se convirtió en leyenda. 

Gracias por leer a un pobre soñador. 

7 de agosto de 2012

Aguja


Soy aquella estropeada aguja, desajustada y desgastada por lo que yo misma marco, boca abajo, con la sangre en la cabeza, señalo un ridículo y minúsculo ''6''.

Mi desgracia llegó por mis deseos egoístas de alcanzar algo que jamás se me ha permitido. El ''12'' ... Y valió la pena, mientras que duró.
Ya al rozar su ''1'' mi extremo inferior comenzó a chirriar de una forma estridente. Su calor hacía que mi metal se dilatara y que mis engranajes se desajustasen.
Era algo ya peligroso, pues rocé sus delicados y peligrosos labios, quedé en un perfecto equilibrio entre el ''1'' y el ''2''. Un segundo en falso, y caería al precipicio de los siguientes números.
Y en perfecto equilibrio duré durante 5 segundos, quise hacer de algo, mío. Que en realidad, jamás, nunca, en la vida, me pertenecerá.
Mi castigo fue que mis engranajes frenasen mi caída y me dejasen ver poco a poco como mis ilusiones iban cayendo lentamente mientras explotaban en los extremos de los números ''3'', ''4'' y ''5''.
Entre el ''1'' y ''2'' no sentía nada, pues mi caída fue rápida, mis recuerdos con el roce y el tacto con el ''12'' fueron veloces. Dejando atontada e indefensa.
Y caí en el ''6'' como un péndulo, entre los números ''7'' ''6'' y ''5''.
El ''7'', dulce número... que fue el empuje hacía mis esperanzados sueños.
Y me encontraba frenando aún con el compás de la canción que sonaba en lo más alto. Junto a el. Junto a sus besos. Junto a ...

Y finalmente la aguja cayó y se rompió en mil pedazos.


31 de julio de 2012

Shelter

Con los ojos entreabiertos, alertados por aquella haz de luz que se colaba por las rejillas de la chirriosa persiana y con decenas de pequeñas luces borrosas que me pedían a gritos que parpadease y me los frotase. Sin embargo mi cuerpo está sin una gota de energía. Todo, por que no paro de escuchar en mi cabeza la canción que me habla de ti. Siempre con esa voz tan débil y delicada, tan suave y agradable, tan lejana... y tan nostálgica.
Ayer no supe nada de ti, y el lado oscuro y paranóico se apoderó de mi mente y comenzó a crear más de miles de posibilidades. Hasta ahora, estoy aquí, tumbado en la cama, con el teléfono a pie del oído. Echándote de menos, deseoso de poder escuchar tu voz y saber que estás bien.


Where are you ?
I miss U

1 de junio de 2012

Closed



Cierra los ojos e imagínate una hoja de papel blanca.

Haz estallar en lo más alto una aguamarina, moldéalo con tus dedos despacio, sin olvidar quedar pequeños fragmentos blancos colocados al azar pero separados.

En un recipiente negro funde grandes trozos de plata, con un trocito de esponja ve mojando con suavidad Desde una pequeña altura la irás estrujando lentamente. Fíjate el trayecto que describen. He irás haciendo esto en las dos esquinas inferiores hasta la mitad. Recordando dejar siempre pequeñas puntas al final. 

Pulvericemos grandes trozos de tiza y con la pequeña exhalación de un suspiro se depositarán sobre todo lo que llevamos.

Continuaremos pulverizando un trozo de un azul cobalto, lo pondremos en un pequeño recipiente y lo aplicaremos sobre la parte superior intermedia con lágrimas. Con un alfiler le daremos forma picuda y alargada hacia abajo.

Ya hemos terminado. Ahora cada uno podrá colocar lo que desee , una marca personal. Yo deje caer desde metro setenta y cinco un rubí cosechado en mis adentros con forma de lágrima que cayó justo en la mitad.

Pequeños relatos ocultos
Soul

1 de mayo de 2012

Jake

Hey Jake, ¿Sabes? Cuando me encuentro nostálgico mi mente se dirige hacia alguna canción de piano. Es curioso ¿No crees? Quizás el piano esté considerado como un instrumento para ello.
Me asombro de como has crecido ¿Verdad? Ya estás hecho un verdadero hombre. Te has hecho más fuerte de lo que jamás pude llegar a imaginar, tu mirada ha cambiado en su totalidad, tienes una figura mucho más firme y tus ideales han arraigado con tu corazón.
Aun que no lo demostrase a menudo, jamás he dejado de estar orgulloso de ti.



Y no sabes cuánto desearía estar ahí a tu lado para que pudieses oírme. 
Aun creo que puedes oírme cuando todas las voces duermen. 

11 de abril de 2012

Hoy es un día para recordar







Hace ya cinco años que dejaste este mundo; con el, un agujero en mi corazón.
Siento aquél fatídico día a flor de piel...

Mi cuerpo temblaba y mi alma tiritaba. Mi estrella en el firmamento se escondió y ganó el juego.
Las mangas devoraban mis manos y mis brazos apretaban mi costado.
Mis piernas descansaban inmóviles e inamovibles como la más pesada de las rocas.
Un gran huracán se llevó casi todo...
Me dejó con el pelo alborotado y el rímel difuminado por todo mi rostro causado por las enormes cataratas que arrastró consigo.
Los meses pasaron, con él mis sueños e ilusiones.
Deje la universidad, mis amigos desistieron, los médicos se rindieron.
Me quedé a solas con mis pensamientos.
En los días y las noches solo oía el Tic-Tac del reloj, pues incluso mis pensamientos guardaron silencio. Ninguno deseaba romperlo. Solo a veces lo hacía yo para alzar la voz, expresarme mediante las letras de las canciones y apaciguar las auroras de la tarde.
Continuaron pasando los meses y sin darme cuenta, comencé de nuevo a salir a la calle, permitir alguna que otra sonrisa con algún susurro de las hadas transmitido por los árboles. Y en nada estaría firmando un contrato con una discográfica como una cantante solista. Al parecer había educado la voz con el transcurro de todas las horas que pasé en mi habitación. Tardaría tres años en hacerme famosa. Pero al final lo conseguiría.
Volvieron las ganas de vivir, de acabar una carrera, de reír...
Y aún así, continué sintiendo un gran vacío; que los demás jamás podrían notar, hasta que...

Un 11 de octubre, estaba firmando autógrafos en la plaza de un Corte Ingles de la ciudad.
Una niña pequeña se acercó con unos de mis más antiguos discos en la mano, guiada por el padre.
Le robaron incluso antes de nacer. La pequeña se llevó varios empujones por los innumerables periodistas, fotógrafos y fanes acumulados, únicamente para poder sentirme y oírme.

Me levanté para poder ayudarla, la cogí y la coloqué sentada encima de la mesa. Mientras tanto miles de flases me cegaban.
Colocó sus pequeñas manos en mis mejillas y las empezó a mover por todo mi rostro, como si lo estuviera analizando.
Abrió los ojos apagados y sin vida, y mantenía permanentemente aquella azucarada sonrisa. Dejándome un sabor dulce en la boca y un picor en los ojos.
-Pequeña, ¿Cuántos años tienes?
* Cinco - Me contestó sin despejar aquel rostro ruborizado. E instintivamente sonreí.
-Y dime, ¿Cómo te llamas?
* Sedna - Un nombre un tanto extraño para una chica con mejillas de fuego. Firmé su disco, se lo entregué a su padre que estaba observando la conversación a mi lado de pie. Y por último ella elevó sus brazos pidiendo con este gesto un abrazo.
Definitivamente, Sedna no le pega. Su temperatura es más elevada de lo normal.

Un resoplo del viento apareció de repente y tras de el, un susurro proviniente de la pequeña;
* Mi querido Soul ... - Aumentaron los flases y hubo más alboroto entre los fanes, pues comencé a derramar recuerdos guardados, que consiguieron romper la cerradura.
Abracé con más fuerza a la pequeña. volví a verte aquí, y sentí como una jarra llena de magma rellenaba mi vacío corazón.

-Te echo de menos... - Devolviéndole el susurro.
* Lo sé, y tu deberías saber que yo también. Debes continuar con tu vida, aunque yo no esté. - Mis lágrimas cesaron. * Te deseo mucha suerte, Soul. Que tengas una buena y gran vida. Adiós mi querida Husky con complejo de loba. - No dije nada, se separó de mí y buscó con sus brazos a su progenitor.
Me levanté al mismo tiempo en el que su padre la devolvía al suelo. Separé un segundo la vista de ella para dirigirla hacia uno de mis guardias mientras que con la manga me secaba las lágrimas.
-Ve con ellos y compra el juguete que ella desee.
Volví la mirada hacia la pequeña y su padre se agachó y le dijo;
+ ¿Qué se dice cariño?
* Muchas gracias - dijo escondiéndose en el pecho de su padre por el rubor de sus rojas mejillas.
+ Dame la mano cielo, que nos vamos con este señor a por tu juguete. - Se volvió hacia mí y dijo; +Muchísimas gracias por todo. - Miró de nuevo a su hija - +Venga, vámonos, dile adiós a la señorita.
* Adiós señorita - Todos los que la oímos sonreímos por su lindura y por su pura sonrisa. Y al verlos marchar susurré al viento;
- Adiós mi petit voleur. - Y sí, mi vida volvió a brillar con mucha más fuerza. Quizás logré llenar ese vacío por no haber podido despedirme, o quizás porque pude volver a sentirte de nuevo. No estoy segura.

Pero, de lo que sí estoy totalmente segura, es que desde ese día, aquella estrella jamás volvió a ganar.