7 de agosto de 2012

Aguja


Soy aquella estropeada aguja, desajustada y desgastada por lo que yo misma marco, boca abajo, con la sangre en la cabeza, señalo un ridículo y minúsculo ''6''.

Mi desgracia llegó por mis deseos egoístas de alcanzar algo que jamás se me ha permitido. El ''12'' ... Y valió la pena, mientras que duró.
Ya al rozar su ''1'' mi extremo inferior comenzó a chirriar de una forma estridente. Su calor hacía que mi metal se dilatara y que mis engranajes se desajustasen.
Era algo ya peligroso, pues rocé sus delicados y peligrosos labios, quedé en un perfecto equilibrio entre el ''1'' y el ''2''. Un segundo en falso, y caería al precipicio de los siguientes números.
Y en perfecto equilibrio duré durante 5 segundos, quise hacer de algo, mío. Que en realidad, jamás, nunca, en la vida, me pertenecerá.
Mi castigo fue que mis engranajes frenasen mi caída y me dejasen ver poco a poco como mis ilusiones iban cayendo lentamente mientras explotaban en los extremos de los números ''3'', ''4'' y ''5''.
Entre el ''1'' y ''2'' no sentía nada, pues mi caída fue rápida, mis recuerdos con el roce y el tacto con el ''12'' fueron veloces. Dejando atontada e indefensa.
Y caí en el ''6'' como un péndulo, entre los números ''7'' ''6'' y ''5''.
El ''7'', dulce número... que fue el empuje hacía mis esperanzados sueños.
Y me encontraba frenando aún con el compás de la canción que sonaba en lo más alto. Junto a el. Junto a sus besos. Junto a ...

Y finalmente la aguja cayó y se rompió en mil pedazos.


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