30 de noviembre de 2011

Bordado de comisuras.

Me llamo Soleck, soy un chico de 17 años, mido entre el 1'7m y el 1'8m de altura, soy de compresión delgada. Mis ojos son de un castaño claro. Y mi pelo que no mide más de dos dedos de mi mano, es completamente negro.
Me considero un chico soñador, cariñoso, tranquilo y apacible. Odio todo enfrentamiento. Desde que entre en el instituto me denominan o me etiquetan de "Gay", las razones son por ser demasiado callado, por no gustarme el deporte y ser bastante cariñoso con mis amistades. Tanto chicas como chicos. Y no es así, a mí solo me atraen las chicas, soy cariñoso con todo el mundo porque no encuentro diferencia entre sexos. Físicamente solo me gustan las chicas, o atracción sexual.
Llevo enamorado desde 2º de la ESO de una chica de mi clase. En aquél entonces tenía 12 , 13 años. La conozco desde la infancia y aún todavía no le he dicho lo que siento hacia ella. Tenía y tengo miedo de perderla. Por el simple hecho de que si se entera de lo que realmente siento hacia ella, se aleje. Desde entonces, callé. Actualmente estoy en el final de 2ºBACH. Desde 2º ESO hasta la actualidad mi amor por ella ha ido creciendo gradualmente y con ello la angustia y el dolor.
Ella comenzó a salir con un chico apenas 1 mes del baile de graduación. Al cual debías llevar un acompañante. Yo fui solo, no pude pedírselo a ninguna chica, aunque muchas de ellas lo estuviesen deseando.
Ella iba a ir con su novio...

El día del baile, ella le estuvo esperando apoyada en una farola a los pies del gran Edificio blanco. La observe a la lejanía, observandola... más bien, admirando como iba aquella noche. Un vestido rojo fuego que le tapaba una pierna y dejaba la otra al descubierto. Un cinturón negro que separaba la cadera de la cintura. Llevaba su hermoso pelo castaño suelto. Y sus hermosos ojos verdes brillaban mucho más que las propias estrellas.
Sacó de su bolso negro su móvil, lo abrió y en pocos segundos la amplia sonrisa que destacaba en su rostro iluminado desapareció y dejo tras de sí un recorrido de lágrimas. Se sentó en el banco de al lado de la farola. Con el pelo se tapó el rostro y con las manos sostuvo su cabeza agachada entre las piernas.
Salí de mi "escondite" y me acerqué a ella.
Apoyé mi mano en su hombro, ella no se inmutó. Lo cual hizo que me diese un pinchazo en todo el corazón... "¿Mi presencia le desagrada?" , "¿No se habrá ni siquiera inmutado de mi presencia?" , "¿Me considerará pesado?"... Retiré la mano de su hombro... pero... me equivocaba.. si me había notado, pues al levantar la mano, el cuerpo se elevó intentando no separarse de la mano, pero fue levemente. Pero se pudo notar.
Me senté en el otro extremo del banco. La observé, o lo que ella me dejaba ver. Todavía su rostro se ocultaba tras su cabello. Vi caer una lágrima y explotar en su rodilla semidesnuda. Sentí como todo se desmoronaba a mi alrededor. Y solo quedábamos ella, el banco y yo. Tuve un impulso, más bien un reflejo que me llevo a abrazarla y a sostenerla entre mis brazos para intentar salvar su corazón de las llamas negras.
Levantó el rostro y sin decir nada... me lo dijo todo.
Me contó con su mirada perdida y húmeda los miles de sentimientos, ilusiones destruidos y de los cuentos de hadas rotos en pequeños cachitos.
Mis ojos rompieron en llanto y ambos quedamos abrazados y nos hubimos consolado. Cuando dejamos de derramar, me levanté y le tendí como ofrecimiento mi mano. Ella aceptó posando la suya encima de la mía. Y cuando nos quedamos ambos a la misma altura, nos miramos fijamente sin desviar la mirada con la música al fondo. Me permití con ambas manos agarrarla de la cintura con delicadeza y ella sostenerse en mi cuello pasando por detrás de él ambas manos.
El ritmo marcaban nuestros pasos y la letra de la canción nuestros corazones.


Y con la última canción de la noche siendo las 02:00 AM comenzó nuestro baile. Ahora son las 05:00 AM y continuamos bailando. Lo único que necesitamos son: Las estrellas como focos secundarios, La luna como foco principal y Letra & Ritmo nuestros corazones.

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